sábado, 23 de abril de 2016

TRAGABUCHES...bandolero Arcense.



Este nació en Arcos de la Frontera (Cádiz) el 21 de Septiembre de 1781, siendo de raza gitana, y heredando el apodo de su padre, según cuenta la tradición, al comerse un burro recién nacido (buche en Andalucía) en adobo.

Un buen día, negro para su historia, mandaron llamar a José para torear unas corridas en Málaga y para allá salió con sus trastos, pero la mala suerte hizo que no llegase, pues a la altura del Puerto del Viento, una víbora le espantó el caballo y en la caída se rompió una pierna, así que como pudo recogió a aquél y puso rumbo a Ronda, pues mal torero iba a ser con una pierna de tal guisa. Al llegar a su casa se encontró con la puerta cerrada. Llamó y llamó y nadie le contestaba, hasta que finalmente, después de quince minutos, salió la mujer toda azorada y nerviosa, lo que indujo a José a sospechar de su posible infidelidad; la apartó de mala manera y como pudo se puso a registrar la casa. La búsqueda fue infructuosa, ya que no encontró nada sospechoso; se tranquilizo y, apurado y sudoroso como venía, cogió un jarrillo para tomar agua fresca de la tinaja. ¡Mala suerte, José! Al intentar cogerla se encontró con que dentro de la misma estaba escondido el acólito de Santa María, Pepe "el Listillo", que era el amante de la mujer y que tenía, como se puede suponer, muy cerca los amores de su amada, ya que se cree que José Ulloa vivía en los alrededores de la Iglesia. No lo dudó un momento, tomó su trabuco, mató al acólito y tiró a la mujer por el balcón de la casa, que al caer a la calle murió al instante.
siete niños de Écija”, cuyo cabecilla, a la sazón, era Juan Palomo, que estaba en pleno apogeo por ese tiempo.Cuando se disuelve la partida de los Niños de Écija, a muchos de ellos les concedieron el indulto, pero no así a Tragabuches. Desde ese momento desaparece y se deja de hablar de él, sin que nos hayan llegado más noticias de su persona, por más que se haya investigado; ni su fecha de defunción, ni cómo ocurrió, ni cuándo. Sí corrió una coplilla que cuentan que él decía y que era ésta: 

“Una mujer fue la causa
de mi perdición primera.
No hay perdición de los hombres,
que de mujeres no venga.”