Esta es una de las situaciones con la que tienen que luchar, batallar, lidiar y combatir sin armas los hosteleros de arcos, sobre todo los restauradores del casco antiguo, ciento y cientos de chinchillas que pululan y revolotean por las calles de arcos y concentraciones en ciertas zonas convirtiéndose en plaga, mala, incomoda e intratable.
Tienes que pasar por las calles con la boca tapada como si se tratase de una tormenta de arena, casi imposible de mantener una charla coloquial en una terraza tomando una copa mientras este insecto conquista todo rincón de nuestra localidad.
A esto hay que sumarles la desesperación, angustia y enojo de los vecinos a las puertas de un verano caluroso donde es habitual la apertura de las ventanas por la noche para recibir el fresco conciliador contra el calor y poder abrazar a Morfeo Dios del sueño que este verano se vaticina perdido , redes sociales invadidas de mensajes de exesperación y las administraciones inerme para paliar una batalla lo que al parecer al día de hoy gana LA COCHINILLA DEL CARMIN